martes, 3 de noviembre de 2009

Recuerdos

Estábamos cansados. Visitar la Alhambra es mucho mas extenso de lo que uno se puede imaginar. No es solo un castillito árabe y listo. La verdad que es toda una experiencia, das muchas vueltas, haces varias colas y sacas muchísimas fotos. Te sorprendes, te emocionas y te cansas de caminar.
Pero allí estábamos, mi fiel amigo y yo. Sentados en una plaza, el invierno se asomaba de a poco y la verdad que estar al sol brindaba un calorcito al cuerpo que era de mas agradable.
Granada tiene, entre algunos de sus muchos condimentos, una alegría y energía muy especial. No es todo lo cosmopolita de Barcelona, ni todo lo gran ciudad de Madrid, pero tiene su puntito. Está rodeada por un aura, la gente en la calle es demás amistosa. Cada uno lleva su propia onda y se respira un aire de que todo está bien.
En esa tardecita de sol, en esa ciudad mágica y con mi amigo; este extraño individuo se paro en medio de aquella placita. Desenfundo su gaita y así como así nos transportó a la escocia del siglo XIII, un cambio rotundo, ya que veníamos de estar en el imperio Musulman del XII
Mi cerebro lo convirtió en publicidad...no pude con mi genio.

Tibu

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno bueno..comenzamos a retomar el ritmo de los escritos.. asi me gusta, digno de un publicista

Anónimo dijo...

no se puede creer como escribìs y describìs: lugares y sus emociones. te felicito. m.a.